miércoles, 19 de marzo de 2014

Tu cara me cansa.

Aunque pueda parecer increíble tras Dios sabe cuantas galas, Tu cara me suena, ya tiene fecha para su gala final. El que durante años ha sido el programa estrella de Antena 3, ha demostrado como se puede tirar por la borda un formato entretenido haciendo que sea totalmente soporífero, largo, interminable y con una más que dudosa concepción del humor. Sin duda, la tercera edición de Tu cara me suena, ha sido un completo desaguisado se mire por donde se mire. 


Los cambios que han introducido en esta edición han sido un error tras otro. Para empezar, el jurado. El cambio de Carolina Cerezuela, por la sosa, insípida, mustia, tonta, creída y plástica Marta Sánchez ha sido uno de los mayores errores de la edición. Si con Carolina Cerezuela, que no es que fuese la mayor experta en el tema a juzgar, el jurado ya cojeaba un poco (pese a la simpatía y buen rollo que ésta transmitía), con Marta Sánchez el jurado ya hacía aguas por todas partes. Son conocidas por todos las caras de vete-tú-a-saber-qué y los comentarios sin ningún tipo de gracia y fuera de lugar de la cantante en el programa. Tampoco pasan desapercibido su comportamiento de soy-la-más-tonta-y-pija-de-España. En conclusión, nefasto cambio de jurado en el programa, "de Guatemala a Guate-peor". 

Siguiendo con las cagadas estelares del programa, está el pésimo, insípido, aburrido, y con menos gracia que la misma Marta Sánchez  casting que se ha marcado el programa.  Tenía entendido que Tu cara me suena era un programa de humor, y no un programa de aguantar los intentos de ser graciosos de los participantes. Liderando el ranking de insípidos e insípidas está la infumable Ángela Carrasco. Poco más que añadir de este espécimen que hacía que cambiase el canal cada vez que salía a actuar. Con ella aparece José Manuel Soto o Los Chunguitos, en el grupo de ojalá no hubiesen participado en la edición. 


Pero como siempre, no todo ha sido malo. Los puntos positivos de la edición, han sido sin duda las impecables actuaciones de Melody y Edurne, que han elevado el nivel de las galas y han hecho que el concurso tenga algo de rigor. Dentro de los aciertos y descubrimientos de la edición, está Florentino Fernández, que ha resultado ser mejor imitador de lo esperado, aunque ha dado mucho menos juego y risas de los que se preveían. Para mí, y sin ninguna duda, lo mejor de la edición ha sido la genial Llum Barrera. Si ya me tenía ganado con su papel de Carmen en Aquí no hay quien viva,  con su participación en el programa y con imitaciones como la de María Isabel y su Antes muerta que sencilla, me ha ganado por completo. Eso sin hablar de todos los momentos graciosos que nos ha dado durante las galas -que menos mal, porque buena falta le hacía esa frescura al programa. 


¿Os acordáis del día en que empezó el programa, allá por otoño de 2013? Yo tampoco. ¡Qué cantidad de galas, Dios mío! Creo que los de Antena3, después de ver los resultados negativos del programa, y sobre todo después de enfrentarse a La Voz kids, y salir cada jueves con menos audiencia y dejándose en mayor evidencia, deberían haber acabado el programa hace ya unas cuantas galas. Es conocido por todos que lo poco gusta y lo mucho cansa, y más después de llevar ya tantas galas que se están quedando sin artistas a los que imitar. 

Pese a todo, Tu cara me suena sigue siendo uno de los referentes de entretenimiento de la televisión española, aunque si siguen tratando el programa así, lo será por poco tiempo. El balance de la edición es el de un gran formato ahogado por un casting mediocre. Quien iba a pensar que yo diría estas cosas de un formato que siempre me ha encantado. Quizá los jefazos televisivos deberían preguntarse si el fracaso de algunos formatos se debe al formato en sí mismo, o a la forma en la que se enfoca el programa, al casting y a la gente que en él participa. 


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