domingo, 23 de febrero de 2014

¿Será este nuestro año?

Anoche, a las 22:00, tuvo lugar la gran cita eurovisiva española que decidió quien sería nuestra representante este año en Copenhague. Como era de esperar, y para alegría de muchos, la elegida fue Ruth Lorenzo, con "Dancing in the rain".

Centrémonos ahora en las actuaciones de anoche. La gala empezó con la actuación de Brequette que fue un salto continuo entre la afinación y la desafinación. Incomprensiblemente, la artista cantó muchísimo mejor el primer estribillo que el segundo, en el que falló bastante vocalmente. Ni que decir tiene, que el agudo final estaba falto de más ensayos o una mayor técnica vocal. Pese a todo esto, sigo manteniendo que era la apuesta más firme y potente de las que teníamos este año, pero sí, el escenario se la comió. 

A continuación, salió una Dama un tanto extraña. La actuación fue un despropósito de principio a fin, lo cual resulta extraño después de haberla visto cantar trozos de su canción muchísimo mejor de lo que lo hizo en la propia gala. Empezó a cantar insegura, le temblaba la voz y aunque se fue creciendo a lo largo de la canción, la parte final terminó de hundirla. Las pocas opciones que tenía de conseguir el respaldo del jurado se desvanecieron durante su canción y se consolidaron con las puntuaciones más bajas por parte del jurado. 

Ahora llega el punto de inflexión de la gala, la actuación de Ruth Lorenzo. Fue lo que se esperaba, impecable vocalmente y con la actitud propia de una ganadora (aún no sé cual era la función del supuestamente sorprendente coro góspel). La frase que mejor define la candidatura de Ruth es "ella es la artista, pero no tiene la canción." "Dancing in the rain" empieza demasiado desapercibida, y tarda bastante en hacerse de notar. Eso sí, el final de la canción es propio de cualquier tema ganador del festival, potente, emotivo y con un gran derroche vocal. 



Después de la mejor actuación de la noche, llegó el turno de Jorge González. Su actuación fue un me-sirve-para-bailar-en-la-playa-pero-no-para-el-festival de principio a fin. Estuvo vocalmente correcto, y la canción era pegadiza, pero más del estilo del programa de María Teresa Campos que de Eurovisión. Dicen que llevaba bailarines, pero iban vestidos tan de negros que pasaron desapercibidos y se camuflaron con el fondo. Ahora llega el momento publicidad de la gala. ¿Cómo que publicidad si la gala era en TVE? Bueno, no fue publicidad en sí misma, pero sirvió a los espectadores para lo mismo, levantarse del sofá, ir al baño y estirar las piernas. Hablo de la insulsa y soporífera actuación de Raúl, no hay mucho más que añadir de su actuación, cantó y se fue por donde había venido sin causar ningún tipo de sensación. 

Y como no, el momento más temido de la noche: las votaciones. Primero, unas votaciones sin mucho misterio por parte del jurado, que calcaron las puntuaciones dejando última a la Dama, penúltimo a Raúl, tercero a Jorge, segunda a Ruth y primera a Brequette. Pero la opinión del jurado poco pareció importar al público, que dio la vuelta por completo a la clasificación, empatando a las dos candidatas más fuertes: Ruth y Brequette. En esta ocasión, era el voto del público el que tenía mayor valor, y por lo tanto, Ruth fue elegida ganadora. 

Este era un año atípico en lo que a la preselección española se refiere. Había un nivel bueno, y una gala con un nivel mucho más que aceptable,  parecía que TVE quisiera apoyar y enviar una candidatura con posibilidades de victoria. Esta es la razón por la cual no entiendo la actitud de mucha gente, que se ha dedicado durante las últimas semanas y se dedicó ayer a enemistar las candidaturas de las artistas; que se dedicó a descalificar a Brequette y a acusar de tongo la victoria de Ruth. Sencillamente, son imbéciles. 

TVE lo ha conseguido este año, ha conseguido que este año podamos decir con orgullo que somos españoles y que Ruth Lorenzo nos representa


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